El hombre justo no sólo se halla dispuesto para conceder a otro lo que a este le corresponde, sino que quiere dárselo y se alegra haciéndolo. Busca no sólo el derecho del prójimo sino también el bien común de la sociedad.
La educación en la justicia presupone la apertura de cada persona a la dimensión social de la vida humana, el reconocimiento y respeto por el prójimo, la valoración, acogida y respeto por los bienes del otro, el servicio desinteresado y el ofrecimiento de sus talentos para edificación común.
El colegio, la familia, deben ser lugares donde se viva la justicia con naturalidad y se antepongan las exigencias generales a los intereses particulares. La persona que tiene esta virtud, respeta y quiere las leyes de la sociedad en que vive como necesarias para el orden de la comunidad.
1 comentario:
muy buena la informacion.. me sirvio de mucho!. mil gracias! Dios los bendiga!
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